lunes, 6 de junio de 2011

Inmigrante.

Una ave migratoria, yo fui a los trece años,
me exilé en otra tierra que me dió su calor
y sembró mis raices sin pedir condición,
quedando muy lejana la fuerza del amor.
Mis primeros amores...igual adolescencia,
truncados en distancia, dolores de orfandad,
orfandad de mi pueblo,de lluvias y montañas,
de horizontes perdidos donde nacen los rios,
de la Sierra Nevada cantando su canción
y guiñando sus ojos al poderoso sol.
Asi una madrugada sin mirar hacia atrás
me despedi de todo, dejando el corazón
que se quedó prendado en otro corazón.

Emérita Mercado (manona)
Año 1954. Palabras en voz alta que en mi silencio quedaron en el enigma de mis montañas, repitiendo el eco de ¡te quiero! y ¡libertad!
Maracaibo,13 /12 / 2004.

1 comentario:

  1. que terrible es emigrar y dejar girones de uno mismo donde quedan restos de raices que a veces jamas se recuperan...cuanto dolor.

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